UNA FÓRMULA
DE ÉXITO.

Desde que me colegié como abogada en Granada, la mayor parte de mi trabajo ha sido manejando grandes equipos, encargos de Derecho Bancario donde la organización, la gestión y la disciplina son imprescindibles ante el funcionamiento implacable de la jurisdicción civil. Han sido más de doce años al frente de estas tareas, combinando el estudio y la solvencia técnica con la obtención de resultados concretos y evaluables de forma periódica. Esta experiencia me fue de utilidad: cuando se produjo la explosión concursal, la llevanza de decenas de procedimientos de insolvencia, con deudores y acreedores afectados; la responsabilidad de la administración concursal encomendada por los Juzgados de lo Mercantil y – para la persona física – de los Juzgados de 1ª Instancia; todo se llevó adelante gracias esa experiencia.

El salto a Madrid con BGA me ha instalado desde 2016 en la litigación mercantil compleja. Grandes concursos de escala nacional, acciones civiles por daños antitrust, protección de secretos empresariales, negociación para la financiación de litigios, nulidad de contratos de derivados financieros...

Se trata, en definitiva, de la abogacía que siempre quise: sofisticación mercantil y eficiencia. Si conseguimos que, además, el cliente se sienta acompañado y cómodo, tenemos una fórmula de éxito.