EN EL GRAN DESPACHO Y
EN LA GRAN EMPRESA.

En el ejercicio de la Abogacía, el conocimiento debe quedar cimentado y enriquecido con la experiencia, y también con la perspectiva.

Estuve un periodo largo, de 16 años, en Garrigues. Me especialicé en fiscalidad referente a entidades de crédito, empresa familiar, operaciones corporativas y procedimiento tributario. En ese periodo desarrollé la técnica, y me sumergí en la disciplina y en la cultura del esfuerzo. Internamente me forjé en la relevante capacidad del trabajo en equipos multidisciplinares. Externamente aprendí a entender al cliente, y a adecuarme a sus necesidades.

Tras ello, estuve más de 11 años en el sector financiero, ocupando muy diversos puestos directivos relacionados con el ámbito jurídico y de Secretaría de Consejos. Mi dedicación se centró en el Derecho societario, las operaciones corporativas, la Gobernanza y el Cumplimiento Normativo. Completé profundamente mi entendimiento del cliente, entre otras cosas, porque me convertí en cliente contratador de servicios de grandes firmas de abogados.

En esa segunda etapa comprendí el funcionamiento interno de la gran empresa, y viví un relevante cambio regulatorio y la adaptación al mismo. Todo ello lo simultaneé con la Secretaría en variados Consejos de Administración (entidades de crédito, compañías de seguros, holdings, inmobiliarias, y otras varias productoras o prestadoras de servicios).

Durante ambos periodos, la argamasa del conocimiento siempre ha estado presente: recibiéndolo, en constante estudio y preparación; compartiéndolo, en continuada actividad docente.

Sumo y enriquezco mi bagaje con el de mis compañeros. Somos diversos y complementarios en el enfoque a dar a cada asunto. Somos idénticos en el compromiso con el cliente y en la búsqueda de la excelencia.